27 julio 2014

Libertad Demitrópulos: Desafiando las leyes patrialcales


L. Demitrópulos (1922-1998)

Desafiando las leyes patrialcales

Alicia Poderti


Nora Dominguez ha señalado la insistencia de Demotrópulos en contar historias de mujeres y de viajes. "A cada libro una mujer a cada novela un viaje. María Muratore, Isabel Descalzo, Violante, Rosario, Nancy, la monjita que de noche se transforma en prostituta y consigue a partir de un acto de terror y silencio, que los hombres no confiesen el tipo de contacto nocturno que tienen con ella"


En la novela Río de las congojas (1981), se sobreimprime, sobre el relato fundacional de las ciudades, la historia de las mujeres fundadoras de familias. La protagonista, María Muratore, viaja por los territorios siguiendo a los hombres que fundan ciudades. En ese itinerario, ella misma se disfraza de hombre y participa de las guerras. Pero el modelo de familia que se plantea en la novela desarticula el poder simbólico que ejerce sobre nuestra cultura la figura del padre. , por cuando los muertos y descendientes llevan el nombre de una mujer. Por esta via, la novela de Demitrópulos potencia el cuestionamiento de los poderes desde las voces marginales: nativos, mestizos, negros, mujeres, enfrentados a los grupos dominantes: gobernadores, españoles, hombres. Esa relocación tiene como  engranaje fundamental una nueva organización discursiva que se puede leer en el gesto de María Muratore cuando se revela abiertamente, al comprobar una vez más que la mujer es considerada un objeto sexual: "¡Bestias! ¿Qué creen que es una mujer? ¿Un armatoste? ¿Una bolsa de mandioca? ¿Una mujer se alza solo para satisfacer el capricho de un hombre? ¿No tiene alma verdad? ¿Cuántas letras se precisan para decir no? Tantas como para sí. Pues no. No. No quiero ir. ¡Hola! Infame turba de lacayos. Si les queda algún hueso sano, díganle que maría Muratore manda contestar que no". Así el acto de matar con su arcabuz a dos hombres que pretenden llevarla por la fuerza para saciar la sed del gobernador Juan de Garay, debe ser leído en el contexto de la historia de la novela latinoamericana, como una inversión de los papeles asignados a la mujer por la historia y la cultura.


Lo femenino, que para la visión masculina patrialcal está representado por el vientre materno, la casa, la patria, la ciudad o la naturaleza, se expresa en algunas novelas latinoamericanas, en una imagen arquetípica de la mujer basada en sucesivas "mutilaciones"  que han sustraído de ella únicamente su valor como cuerpo reproductor" Las figuras femeninas más difundidas de la literatura son las de la madre y la prostituta. La mujer, inserta en esta visión, adquiere un papel pasivo, como fuente de tentación para el personaje masculino y se le adjudican dimensiones siniestras y demoníacas. Es sancionada si tiene participación activa y transgrede los límites convencionales de la virtud femenina.



La flor de Hierro (1978) y Río de las congojas (1981), novelas de L. Demitrópulos


La construcción de un texto literario intenta ser gobernada por leyes que son continuamente cuestionadas desde la legitimidad de los diferentes discursos sociales. En este juego, el discurso historiográfico y el discurso literario se entrecruzan y se cuestionan permanentemente los "documentos" escritos y los testimonios orales se contrastan con las voces anónimas documentadas popularmente y el texto literario se nutre de las formas y estrategias retóricas del discurso historiográfico.


Novela histórica o historia novelada: el narrador no se ve prisionero en el cepo del documento recorre sus bordes, pero este sabotaje de las fuentes abre paso a la interpretación intuitiva, conjugando la alquimia del archivo con las voces populares que también instruyen sobre el pasado. Así, la hechura denominada "novela histórica", demuestra su audacia al destronar los límites semánticos de cada término. Como ha expresado Noé Jitrik: la formula "novela histórica", que parece ser muy clara, puede ser vista, desde la perspectiva de la imagen que presenta, como un oxímoron. En efecto, el término "novela", en una primera aproximación, remite directamente, en la tradición occidental, a un orden de invención, "historia", en la misma tradición parece situarse en el orden los hechos, la imagen, en consecuencia, se construye con los elementos semánticos opuestos. En ese sentido, la novela histórica, no ya la fórmula, podría definirse muy en general y aproximativamente como acuerdo quizá siempre violado entre "verdad", que estaría del lado de la historia, y "mentira" que estaría del lado de la ficción.


La organización narrativa de la novela La flor de Hierro (1978), constituye un particular enfoque acerca del novelista como historiador. Allí, las cartas escritas por los expedicionarios y fundadores (práctica político-religiosa), unidas a los testimonios de la práctica jurídico notarial, ingresan en el texto como voces que dialogan con el estrato legendario la leyenda de Esteco, la Ciudad de los Césares, El Dorado y Trapalandas. Se construye así la crónica novelada en un campo interdiscursivo en el que la memoria social se reconstruye a partir de los saberes longevos de la leyenda y la reescritura de los documentos, reproduciendo los códigos lingüísticos de los textos coloniales.


Así, el temido y blasfemo Francisco de Aguirre se yergue en voz que escribe, habla y narra: "determiné comenzar de nuevo; con mis hijos y la gente que pude allegar entré en el Tucumán, que estaba la mayor parte de ella, alzada y rebelados los indios diaguitas por el mal gobierno que tuvo Juan Pérez de Zurita, que levantó muchos pueblos habiendo poca gente española: los indios se atrevieron al alzar y mataron a muchos de ellos. No quedó sino el pueblo de Santiago del Estero, y los que estaban recogidos en él se querían salir, porque no les entrega socorro de ninguna parte ni en vestidos, plomo, hierro, plomo y pólvora, que es lo que más es menester (...) ¿Dónde estaba el señor cura entonces que no le vi? En Lima, gozando de opulencia... Así pues, gozando de opulencia... Así pues, ya le dará usted alcalde extraordinario, la respuesta del gobernador Aguirre al chupacirlos que le envía..."


En la abjuración realizada ante el Santo Oficio de la inquisición en 1569. Francisco de Aguirre, Gobernador del Tucumán, confiesa sus actos heréticos. Muchos de esos actos, que habían significado su excomunión, son aludidos en la novela de Demitrópulos, en el marco de la información de méritos y servicios que se está levantando. La sexta pregunta del interrogatorio que estructura los distintos capítulos de la novela requiere... "item si conoce que el dicho Francismo de Aguirre, siendo gobernador dijo delante de muchas personas que el era vicario general en aquellas provincias, en lo espiritual y temporal, y que no había otro Papa ni obispo sino él..."


En esa atmósfera de refundición de tiempos -presentes y pasados- y de discursos ficcionales e historiográficos, se gesta la complicidad y divergencia de los estratos de la memoria y la escritura que han ido impregnando distintos momentos de la literatura del noroeste argentino. El narrador se convierte en un mediador entre las distintas manifestaciones de la memoria (oral, escrita), y el presenta, destacándose en el papel de cronista que trabaja indistintamente con los saberes historiográficos y literarios. Las textualidades producidas durante el período de la Colonia ingresan en la narrativa contemporánea en un singular imbricamiento discursivo.


Alejo Carpentier ha señalado esta superposición de niveles discursivos en la novela latinoamericana, de tal modo que el escritor: "... sólo podrá hallar su razón de ser en erguirse en una suerte de cronista de indias de un continente, trabajando en función de la historia moderna y pasada en ese continente, mostrando a su vez que sus relaciones con la historia del mundo todo, cuyas contingencias también le atañen, poco o mucho"


Al mismo tiempo, la aparición de un nuevo discurso, como el planteado por Demitrópulos, marca la ruptura del canon masculino que por décadas imperó en la literatura latinoamericana, visión distorsionada del universo femenino. Este cuestionamiento sobre la historia y la tradición atraviesa el campo del lenguaje y se orienta hacia una creación femenina que logra rearticular su proyección simbólica.





Tomado de:
PODERTI, Alicia (2000): "Homenaje a Libertad Demitrópulos". En Pregón Literario, S. S. de Jujuy, 16 de enero de 2000.    

1 comentario:

Irma Verolín dijo...

Buen aporte que traza un perfil sobre la producción literaria de Libertad Demitrópulos. Muchas gracias. La foto que incluyeron fue tomada en Santa Fe en 1988, en la sede de la Sade local.