Sergio Zago
Cuando comienza esta dualidad de Néstor
Groppa, lo fue narrando en una conversación de amigos donde planteé el tema,
personalmente movilizador, en los comienzos de 2003. Manifestó “desde el
inicio”, luego del Bachillerato a los 17 años, podemos ubicarnos
aproximadamente en el ’45. Estudia en el Colegio Huérfanos de Militares, donde
los huérfanos de militares estudiaban gratis, y los civiles, como en su caso,
pagaban.; era incorporado al Colegio Nacional “Mariano Moreno”, ahora se llama
Dámaso Centeno, Allí había un profesor de dibujo, Adolfo Sorzio, a quien le
llamaban la atención sus trabajos de dibuj, lo felicitaba y alentándolo para
que no perdiera de vista el dibujo, lo orientó hacia la preparatoria Manuel
Belgrano. La enseñanza de pintura estaba dividida y los tres primeros años se
hacían en ese establecimiento; de allí se pasaba a un curso superior
intermedio, pero para poder enseñar, el final era el Prilidiano Pueyrredón,
donde estaban los denominados por él como “los capos de la plástica del
momento”, en total se completaban los siete años. NG realizó los tres preparatorios tenía
veinte años. Completar todos los estudios de formación artística en ese
momento, era con cuatro años mas en la escuela superior Ernesto de
Al terminar Bellas Artes, la pregunta
fue “¿voy o no voy a
Tuvo profesores cuya actividad tiene reconocimiento nacional e internacional, en castellano Leopoldo Marechal, a quien enseña sus cosas; Enrique de Gandia en historia, Torres Revallo en Historia del Arte; en modelado a Lucio Fontana y de dibujo, durante tres añosa Trecini, según NG “maestro de los maestros”; además de Onofrio, Pacenza, “gran pintor”, era profesor de geometría. También estaba Gramajo Gutiérrez, etc. “Un mundo de gente que tenía la virtud de amar la materia”. Luego conoce a Raúl González Tuñon, quien trabajaba en Clarín, junto con los poetas José Portogallo, Lisardo Zia, Lisandro Galtier y el ensayista Héctor Agosti. “Clarín en esa época, creo apareció en el ’45, era un diario pequeño, no como ahora” Quien se interesó por sus poemas fue Tuñon.
Pese a frecuentar el taller de Pastorutti, no pudo continuar, “no podía pagar los costos”. Hablando con Onofrio le comenta el deseo de pintar, pero en el lugar de residencia tampoco tenía espacio suficiente para el taller. NG se encuentra que todos sus amigos tenían rebusques, salvo él.
¿Por qué uno se rajó de Buenos Aires?. Presiones de la época. Con solo el
título de bachiller andaba deambulando, estuvo en Casa Harrods, donde lo hizo
entrar Enrique Gandía y hasta trabajó en el mercado de las Flores, atendido por
japoneses, donde llegaban las floristas a comprar a las cuatro o cinco de la
mañana sus flores para
Néstor Groppa, maestro secreto de Tilcara |
Entonces Tuñón le aconseja y le da una
carta para Spilimbergo, quien era Director de Bellas Artes en Tucumán, “una
carta hermosísima de Tuñón”. Le llevó dibujos a Spilimbergo y también le
presentó algunos poemas de los realizados en el café, que figuran en Taller de
Muestras y Spilimbergo le dio un camarín del teatro donde por fin pudo colocar
un caballete. Por ese tiempo estaban en Tucumán varias personalidades
acompañando a Lino Eneas Spilimbergo, en pintura Miguel Dávila, Leonor Vasena,
Carlos Alonso, Ramiro Dávalos, Hirchz, Lajos Szalay, Timoteo Navarro, Lobo de
Para algunos trabajos se debía tener
algunas referencias propias de la época. Con los ahorros de Harrods pudo estar
tres meses en el esplendoroso Tucumán de esos años. Lino le pregunta: “¿Qué vas
a hacer?”. NG no quería volver a Buenos Aires, el consejo fue: “Andate a Salta”,
le dio una carta para Juan Carlos Dávalos, Ramiro Dávalos, amigo de Tucumán ya
estaba el Salta, allí conoció a Jaime Dávalos, al “barbudo” Castilla, del la
plastica al “Pajita” García Bes, al Cuchi Leguizamón, a “Pajarito” Velarde,
César Perdiguaso, al “Negro” Araóz, Falú estaba comenzando, buscaba el lugar
que Atahualpa había dejado. Vivió en Campo Quijano tres meses, allí estaba un
psiquiatra de apellido Cantor que hacía trabajo con alumnos de
El Tilcara vive tres años. Su amigo el
grabador Audivert consigue que publiquen en Buenos Aires Taller de Muestras. Y
lo hace Antonio cuadrado “gran impresor de poesías”, el de Bodas al Mar, donde
fueron publicadas las poesías de Miguel Hernández y Lorca. El libro incluía un
dibujo de NG, realizado por Luis Soane, corría mayo del año 1954.
Para qué le sirvió a Néstor Groppa esa
riquísima experiencia plástica además de poder tener una pinacoteca, de la cual
uno lo siente orgulloso porque la mayoría son regalos de sus amigos. Tal vez la
pregunta deba ser otra, para qué nos sirvió a nosotros esa experiencia. Él
cuidó siempre el planteo estético de sus creaciones, trató de incluir en sus
realizaciones a los artistas plásticos, utilizando sus obras con sentido
integrador, pero respetándolas en su valor individual. Recuerdo cuando me
sugirió un dibujo de Raúl Lara aprovechando mi amistad con él para acompañar un
poema, así se hizo y quedó todo enriquecido. Por eso fuimos beneficiados con
Tarja, una unidad de poesía y plástica, con personalidades comprometidas con el
arte. Tarja era parcialmente financiada, además del “aguante” de Don Gutemberg,
con la venta de obras de artistas plásticos reconocidos como Spilimbergo,
Soldi, etc.; creo difícil de conseguir sin el contacto amistoso de NG con
ellos. Luego fuimos doblemente beneficiados con las reediciones de Tarja por
Cuando contemplo la reproducción
autorizada por NG de dos de sus dibujos de Salta (1951), celosamente guardados
por ser producto de los apuntes de la libreta de viajero de esa época y de este
mundo. Semejante a la que diariamente lleva en su bolsillo, con otros signos,
pero con el mismo sentido de aprehender, comunicar, de llegar a nosotros, de
allí salieron sus llamadas “Notas”, sus poesías y veintitrés publicadas de su
autoría, seis esperan listas para ser impresas. Pienso, con cuidados respeto,
en cómo hubiese firmado sus cuadros como ng. o lo hubiese hecho con un L..A.
para diferenciar la producción, no sé, no puedo vislumbrar imágenes, ni si su
creación hubiese sido tan copiosa como la literaria, si muy trabajada, por ser
hombre constante, metódico y perseverante “tarjador” diario de su propio
trabajo, conciente de ser la única forma de cumplir la meta. Pero observando
esos apuntes de una cosa estoy muy seguro, hubiese sido una obra de calidad,
coherente con su experiencia interior, sin concesiones fáciles y respetando la
tradición de lo aprendido, buceando en la empresa con profundidad, pese a las
presiones externas.
Tomado de:
ZAGO, Sergio (2004): “Brevísimos fragmentos de una historia de vida”. En Pregón Cultural, San Salvador de Jujuy, 11 de enero de 2004.