27 agosto 2022

Néstor Groppa, una historia de vida. Sergio Zago

 





Néstor Groppa, una historia de vida

 

Sergio Zago


Radicado primero en el interior, durante los tres años en Tilcara, realiza su primera publicación poética y define su andar por la literatura, principalmente en esa manifestación básica, convertida en vocación y constante forma de comunicación. Pero en los inicios tuvo durante mucho tiempo una dualidad: si debía centralizar su sensibilidad a través de las artes plásticas, por su inclinación hacia el dibujo y la pintura, o la literatura, principalmente la poética. Sus allegados en ambas ramas, personalidades descollantes del arte nacional, lo alentaban. Sobre este proceso de canalización del ser tratará esta primera aproximación sobre algunas cosas de de nuestro entorno cultural.

  

Cuando comienza esta dualidad de Néstor Groppa, lo fue narrando en una conversación de amigos donde planteé el tema, personalmente movilizador, en los comienzos de 2003. Manifestó “desde el inicio”, luego del Bachillerato a los 17 años, podemos ubicarnos aproximadamente en el ’45. Estudia en el Colegio Huérfanos de Militares, donde los huérfanos de militares estudiaban gratis, y los civiles, como en su caso, pagaban.; era incorporado al Colegio Nacional “Mariano Moreno”, ahora se llama Dámaso Centeno, Allí había un profesor de dibujo, Adolfo Sorzio, a quien le llamaban la atención sus trabajos de dibuj, lo felicitaba y alentándolo para que no perdiera de vista el dibujo, lo orientó hacia la preparatoria Manuel Belgrano. La enseñanza de pintura estaba dividida y los tres primeros años se hacían en ese establecimiento; de allí se pasaba a un curso superior intermedio, pero para poder enseñar, el final era el Prilidiano Pueyrredón, donde estaban los denominados por él como “los capos de la plástica del momento”, en total se completaban los siete años.  NG realizó los tres preparatorios tenía veinte años. Completar todos los estudios de formación artística en ese momento, era con cuatro años mas en la escuela superior Ernesto de la Carcova. En total eran once años. En esta famosa escuela de formación plástica, de prestigio nacional e internacional, donde enseñaban figuras como Rebuffo y Audivert en grabado, Castagnino, Spilimbergo, Castagna, Basalda, Soldi, etc. para salir de la Carcova, “había que amacarse”. De los actuantes en Jujuy solo Nicasio Fernández Mar en escultura y luego Acosa Cerra en pintura, la habían concluid: “era todo un doctorado”, reafirmó y prosiguió: “estar en el ambiente se dibuja, se pinta, así hice dibujos y pinturas”.

  

Al terminar Bellas Artes, la pregunta fue “¿voy o no voy a la Prilidiano?”, frente a la partida de su padre, pierde ese sostenimiento y comienza distintos trabajos, vendedor de hilos, de libros. Cursa de noche La Belgrano, comienza un camino que siempre lo distinguió, la amistad: con Andrés Lizárraga, quien hacía teatro, con Domingo Onofrio, hermano de Norberto, el grabador. Al ir al Bellas Artes frecuentó “la muchachada que escribía”, también hizo amistad con José Luis Mangieri, luego gran editor de poesías, fundador de Libros de Tierra Firme. Paradójicamente NG o tiene ninguna de sus poesías editadas por éste.

  

Tuvo profesores cuya actividad tiene reconocimiento nacional e internacional, en castellano Leopoldo Marechal, a quien enseña sus cosas; Enrique de Gandia en historia, Torres Revallo en Historia del Arte; en modelado a Lucio Fontana y de dibujo, durante tres añosa Trecini, según NG “maestro de los maestros”; además de Onofrio, Pacenza, “gran pintor”, era profesor de geometría. También estaba Gramajo Gutiérrez, etc. “Un mundo de gente que tenía la virtud de amar la materia”. Luego conoce a Raúl González Tuñon, quien trabajaba en Clarín, junto con los poetas José Portogallo, Lisardo Zia, Lisandro Galtier y el ensayista Héctor Agosti. “Clarín en esa época, creo apareció en el ’45, era un diario pequeño, no como ahora” Quien se interesó por sus poemas fue Tuñon.

 

Pese a frecuentar el taller de Pastorutti, no pudo continuar, “no podía pagar los costos”. Hablando con Onofrio le comenta el deseo de pintar, pero en el lugar de residencia tampoco tenía espacio suficiente para el taller. NG se encuentra que todos sus amigos tenían rebusques, salvo él.

 

¿Por qué uno se rajó de Buenos Aires?. Presiones de la época. Con solo el título de bachiller andaba deambulando, estuvo en Casa Harrods, donde lo hizo entrar Enrique Gandía y hasta trabajó en el mercado de las Flores, atendido por japoneses, donde llegaban las floristas a comprar a las cuatro o cinco de la mañana sus flores para la Recoleta y La Chacarita. Le habían enseñado a preparar las orquídeas que vendía en exclusiva la mejor florería de Buenos Aires, la de Camuirano. Pero difícil era conseguir trabajo, había que tener referencias sociales, empresariales o políticas. En tenía sólo referencias de sus amigos.



Néstor Groppa, maestro secreto de Tilcara



Entonces Tuñón le aconseja y le da una carta para Spilimbergo, quien era Director de Bellas Artes en Tucumán, “una carta hermosísima de Tuñón”. Le llevó dibujos a Spilimbergo y también le presentó algunos poemas de los realizados en el café, que figuran en Taller de Muestras y Spilimbergo le dio un camarín del teatro donde por fin pudo colocar un caballete. Por ese tiempo estaban en Tucumán varias personalidades acompañando a Lino Eneas Spilimbergo, en pintura Miguel Dávila, Leonor Vasena, Carlos Alonso, Ramiro Dávalos, Hirchz, Lajos Szalay, Timoteo Navarro, Lobo de la Vega, en grabado Audivert y Rebuffo, el escultor Lorenzo Domínguez. “Tucumán vivía el Siglo de Oro en Arte, iban a dar clases Berni y Castagnino. Spilimbergo me daba el camarín para dibujar, de los poemas le gustaba “El Clínicas”, decía que era la descripción de un pintor, El Clínicas fue dirigido por Florencio Escardó, donde se suicidó Horacio Quiroga (1937). Lino me ofreció el camarín, pero había que buscar trabajo.

 

Para algunos trabajos se debía tener algunas referencias propias de la época. Con los ahorros de Harrods pudo estar tres meses en el esplendoroso Tucumán de esos años. Lino le pregunta: “¿Qué vas a hacer?”. NG no quería volver a Buenos Aires, el consejo fue: “Andate a Salta”, le dio una carta para Juan Carlos Dávalos, Ramiro Dávalos, amigo de Tucumán ya estaba el Salta, allí conoció a Jaime Dávalos, al “barbudo” Castilla, del la plastica al “Pajita” García Bes, al Cuchi Leguizamón, a “Pajarito” Velarde, César Perdiguaso, al “Negro” Araóz, Falú estaba comenzando, buscaba el lugar que Atahualpa había dejado. Vivió en Campo Quijano tres meses, allí estaba un psiquiatra de apellido Cantor que hacía trabajo con alumnos de la UBA, se hizo amigo, es quien le dijo “dejá la idea de volver a Buenos Aires”, le dio una carta para una señora jujeña amiga de Atahualpa Yupanqui, y en una hora con el coche motor llegó a Jujuy. Según la señora, con los títulos y experiencia, podía conseguir un trabajo en el interior de la provincia. Su primer destino docente fue Huachichocana. Onofrio, quien lo acompañaba, se quedó en la pensión Ríos de Purmamarca. Pese al paisaje se dedicó a leer y de las dos vertientes, la plástica o la poética que lo habían traído, se olvidó de una, en realidad no se olvidó, solo se fue quedando con la última el mundo de la poesía. En la pensión Villavanlentina de Purmamarca conoce a Medardo Pantoja.

  

El Tilcara vive tres años. Su amigo el grabador Audivert consigue que publiquen en Buenos Aires Taller de Muestras. Y lo hace Antonio cuadrado “gran impresor de poesías”, el de Bodas al Mar, donde fueron publicadas las poesías de Miguel Hernández y Lorca. El libro incluía un dibujo de NG, realizado por Luis Soane, corría mayo del año 1954.

  

Para qué le sirvió a Néstor Groppa esa riquísima experiencia plástica además de poder tener una pinacoteca, de la cual uno lo siente orgulloso porque la mayoría son regalos de sus amigos. Tal vez la pregunta deba ser otra, para qué nos sirvió a nosotros esa experiencia. Él cuidó siempre el planteo estético de sus creaciones, trató de incluir en sus realizaciones a los artistas plásticos, utilizando sus obras con sentido integrador, pero respetándolas en su valor individual. Recuerdo cuando me sugirió un dibujo de Raúl Lara aprovechando mi amistad con él para acompañar un poema, así se hizo y quedó todo enriquecido. Por eso fuimos beneficiados con Tarja, una unidad de poesía y plástica, con personalidades comprometidas con el arte. Tarja era parcialmente financiada, además del “aguante” de Don Gutemberg, con la venta de obras de artistas plásticos reconocidos como Spilimbergo, Soldi, etc.; creo difícil de conseguir sin el contacto amistoso de NG con ellos. Luego fuimos doblemente beneficiados con las reediciones de Tarja por la Universidad, donde NG creó la editorial universitaria. Recuerdo algunas publicaciones de Buenamontaña, el número uno con las poesías de Castilla “Ángeles de visillos”, el segundo Viola María y Viola D’amore, con sonetos del mismo Groppa, son una pequeña obra de arte tipográfica, tema donde también incursionó, no puedo dejar de mencionar el “Romance del tipógrafo” hecho en dos ediciones, con planteos estéticos diferentes, el primero con un xilografía de Luis Pellegrini, tener en la mano el taco perfectamente conservado, fue toda una experiencia evocadora del artista que fue Luis. Los Pliegos del Noroeste, llegaron con su esfuerzo personal al publicado nº3, el preparado nº4 lo esperamos; encontramos en estos pliego doblados y listos para ser encuadernados, dibujos de Hugo Román de Salta, de Aurelio Salas de Tucumán, de Miguel Ángel Guzmán de La Rioja, etc. El utilizar imágenes de obras de pintores como “La fritanga” de Luis Pellegrini, para sus Cartas Terrestres y Catálogo de Estrellas Fugaces, difunde esa obra individual para un mayor número de observadores y la respeta ya que el texto de la portada no interfiere en la lectura de la obra. Eso también podemos verlo en la publicación del V.I. de los Anuarios en el Tiempo, donde están sus primeras “Notas”, con la reproducción de “La casa del Águila” de Domingo Onofrio. En ese volumen nº1 encontramos dos sentidos escritos a la partida de sus amigos pintores, Spilimberbo y Giambiagi, donde podemos entrever, el de alguien que había andado por esos caminos, un amigo quien despide y evoca a un par. Criterios utilizados tanto para sus libros, como cuando continua la colección Buenamontaña como el libro Ribera de los Sueños de Jorge Vehils con xilografía utilizando los tacos del riojano Pedro Molina. Pero no puedo dejar de comentar la publicación del libro En el Tiempo Labrador, con sus poesías de los años 1959-1964, no por nada Faja de Honor de la SADE, donde encontramos en la portada un grabado de Pompeyo Audivert, en su interior grabado de Víctor Rebuffo, Medardo Pantoja, Carlos Giambiagi y Luis Pellegrini, todos realizados con sus tacos originales, hoy todavía conservados, como esperando deseosos la orden para seguir imprimiendo.

  

Cuando contemplo la reproducción autorizada por NG de dos de sus dibujos de Salta (1951), celosamente guardados por ser producto de los apuntes de la libreta de viajero de esa época y de este mundo. Semejante a la que diariamente lleva en su bolsillo, con otros signos, pero con el mismo sentido de aprehender, comunicar, de llegar a nosotros, de allí salieron sus llamadas “Notas”, sus poesías y veintitrés publicadas de su autoría, seis esperan listas para ser impresas. Pienso, con cuidados respeto, en cómo hubiese firmado sus cuadros como ng. o lo hubiese hecho con un L..A. para diferenciar la producción, no sé, no puedo vislumbrar imágenes, ni si su creación hubiese sido tan copiosa como la literaria, si muy trabajada, por ser hombre constante, metódico y perseverante “tarjador” diario de su propio trabajo, conciente de ser la única forma de cumplir la meta. Pero observando esos apuntes de una cosa estoy muy seguro, hubiese sido una obra de calidad, coherente con su experiencia interior, sin concesiones fáciles y respetando la tradición de lo aprendido, buceando en la empresa con profundidad, pese a las presiones externas.  

  

 


Tomado de:

ZAGO, Sergio (2004): “Brevísimos fragmentos de una historia de vida”. En Pregón Cultural, San Salvador de Jujuy, 11 de enero de 2004.

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