10 noviembre 2018

El estrés postraumático en La isla siniestra



El estrés postraumático en La isla siniestra.


Daniel Moñino y Francisco González Urbistondo 



Sinopsis de la película


En 1954, los agentes federales Edward “Teddy” Daniels y su recientemente asignado compañero Chuck Aule, van al hospital de Ashecliffe para personas dementes en Shutter Island, isla situada en el puerto de Boston para investigar la desaparición de Rachel Solando, una paciente que en apariencia se evaporó de una habitación cerrada, dejando tras ella una nota en la que escribió “The law of 4; who is 67?” (La ley de 4; ¿quién es 67?). El doctor John Cawley, el jefe de psiquiatras, le explica que Rachel fue internada tras ahogar a sus tres hijos, negándose sin embargo a aceptar la realidad de que se encuentra en un hospital mental.


Durante la búsqueda Teddy se interesa por un faro, en el cual le dicen ya se ha buscado. Piden que le muestren los archivos de los empleados del hospital, a lo que Cawley se niega, aunque le permite interrogarlos. Al respecto, resultan desconcertados cuando saben que el psiquiatra de Rachel, el doctor Sheehan, se ha ido de vacaciones. Esa noche, Teddy tiene un extraño sueño en el cual ve a su esposa Dolores Chanal (Michelle Williams), que murió en un incendio algunos años antes, quien le dice que Rachel sigue en la isla, lo mismo que Andrew Laeddis, el incendiario responsable de su muerte. Daniels concluye que el “67” de la nota es este, de quien cree que es el paciente no reconocido por la institución número 67.


Por la mañana, interrogan a los pacientes de las sesiones de terapia grupal de Rachel, una de las cuales, durante una distracción de Chuck, advierte a Teddy que corra. Luego, Teddy dice a su compañero que la razón por la que ha aceptado la misión es porque que allí se encuentra Andrew Laeddis, quien fue enviado a Ashecliffe debido a su crimen pero luego desapareció, lo cual arroja dudas sobre la institución. Teddy conoció asimismo a otro de sus pacientes, George Noyce, quien afirmaba que allí se experimentaba con los reclusos. Por su parte, Teddy está decidido a que la institución sea cerrada.


De regreso a la clínica, Cawley informa a Teddy que Rachel ha sido hallada, y se la presenta. En su delirio, ella lo toma por su marido muerto en la Segunda Guerra Mundial, y a continuación se muestra muy angustiada. Más tarde, Teddy desarrolla migrañas de intensidad creciente acompañada de fotofobia. Por su parte, sus sueños son cada vez mas extraños, acompañadas por alucinaciones durante la vigilia. A esa altura de la situación está determinado a encontrar a Laeddis en el Sector C, que alberga a los pacientes de mayor peligrosidad. Allí encuentra a Noyce (Jackie Earle Haley) quien teme que se le lleve al faro, donde se practican lobotomías, y le dice que toda la investigación es un juego construido a su medida.


Teddy se reúne con Chuck y juntos se dirigen a los acantilados que rodean la isla, con el fin de llegar al faro. En un punto del camino, Chuck alega que continuar es demasiado peligroso y Teddy con suspicacia decide continuar solo. Sin embargo, es incapaz de llegar y, al regresar, descubre que su compañero ha desaparecido. Buscándolo al pie el acantilado, descubre a una mujer que se esconde en una cueva, la cual confirma sus sospechas revelándole que ella es la verdadera Rachel Solando. En una conversación junto a una fogata, la mujer le revela asimismo que era un psiquiatra en Ashecliffe hasta que se enteró de los experimentos. Para garantizar su silencio, se le encerró en la clínica. La mujer explica en fin que se están empleando medicamentos psiquiátricos para desarrollar técnicas de control mental y crear espías durmientes, advirtiéndole asimismo que es probable que él mismo esté siendo drogado desde que llegó.


Teddy regresa a Ashecliffe, donde el doctor Cawley le dice que llegó a la isla sin compañero alguno, y que nadie conoce a Chuck. Teddy logra sin embargo llegar al faro sin encontrar nada anormal en su planta baja ni en las escaleras de su interior, contrariamente a sus expectativas. En la zona superior del edificio, encuentra Cawley, quien le revela que él no es Edward Daniels, sino el ex agente Andrew Laeddis. Le revela asimismo que ha sido un paciente en Ashecliffe desde hace dos años, cuando asesinó a su esposa maníaco-depresiva en un acto de rabia tras descubrir que había asesinado a sus tres hijos, y que Rachel Solando nunca existió, ni como paciente, ni como psiquiatra. A continuación llega “Chuck”, quien se presenta como el doctor Sheehan, el psiquiatra de Andrew, resultando ser una enfermera la mujer que había tomado por Solando. Sheehan y Cawley afirman que Andrew vivió el delirio de ser un agente activo, buscando a Andrew Laeddis como una manera de disociarse de lo que había hecho. Asimismo, le muestran que los nombres “Edward Daniels” y “Rachel Solando” son respectivos anagramasde “Andrew Laeddis” y “Dolores Chanal”, representando “la ley de 4” (cuatro nombres) y afirmando a Laeddis como el “67”.


Cawley explica que Andrew ha atravesado diferentes ciclos en los que termina por enterarse de la verdad, tan sólo para regresar en su fantasía una y otra vez, atravesando etapas en las que ha lastimado a varios empleados y pacientes, llevando a la junta administrativa a solicitar una lobotomía como solución permanente a su problema. Sheehan y Cawley explican que trataron de poner en práctica una terapia, en la cual crearon la situación de la desaparición de “Rachel” basándose en la fantasía de Andrew, con el fin de poner de manifiesto su complot imaginario, y de permitirle ver la realidad y regresar a ella de manera permanente. Andrew parece aceptar las explicaciones, echándose la culpa de haber ignorado la enfermedad mental de Dolores hasta que cometió el crimen. Tras sufrir otra migraña, que le hace revivir la muerte de sus hijos y de su mujer, Andrew pierde el sentido.


Por la mañana siguiente, Andrew llama de nuevo Chuck a Sheehan y habla de revelar al mundo exterior lo que sucede en la isla. Sheehan señala discretamente a Cawley, y algunos empleados se acercan a Andrew para llevarlo a la lobotomía. Este le pregunta a Sheehan que sería peor, “si vivir como un monstruo, o morir como un buen hombre”. A continuación sale de la escena acompañado por los empleados.


Descripción psicológica del protagonista


Es evidente que algo le ocurre al agente Daniels. Tiene ensoñaciones en las que revive vívidamente pasajes del pasado, de la guerra concretamente. Además periódicamente tiene alucinaciones en las que ve a su mujer, fallecida en un incendio, que le previene de acontecimientos y le dice lo que debe hacer.


La situación se va complicando a medida que más misterios se van añadiendo a la investigación. La conspiración parece cierta y el que Daniels consiga salir de la institución, improbable.


Y es que es cierto que el agente tiene alucinaciones. Puede padecer trastorno de estrés postraumático por lo que vivió en la guerra y además se siente culpable por la muerte de su mujer y por no haber evitado la de sus hijos. La situación le ha trastornado, sufre un trastorno psicótico , probablemente esquizofrenia . Él fue agente, pero ahora es un interno de la institución. Está sometido a un tratamiento farmacológico a base de Clorpromazina , pero no responde adecuadamente a él porque se ha fabricado una historia para dar sentido a todo lo que le ha pasado y eso interfiere en su proceso curativo.


El doctor Cawley ha montado un psicodrama para hacerle salir de su fantasía. Una especie de “role-playing ”, para que Daniels vea lo incongruente de su historia y asuma la realidad. Es su única oportunidad. Si la medicación no funciona tendrán que dejar paso a la cirugía. Es un paciente muy violento, ya ha agredido a varias personas en la institución. De no encontrar una solución rápida le practicarán una lobotomía .

Pero al final el proceso funciona y el “agente” recuerda todo lo que pasó. La representación ha sido un éxito, ahora sabe que Daniels es un personaje inventado, en realidad es Andrew Laeddis. Fue él quien mató a su mujer cuando vio que había ahogado a sus tres hijos y desde entonces la culpa lo persigue.


Por fin la terapia farmacológica puede tener una oportunidad de éxito. Pero Laeddis, que se ha fabricado toda una historia para huir de la realidad, ahora tampoco está dispuesto a aceptarla. Ante la opción de asumir los hechos y curarse o de negarlos y seguir siendo un “loco”, prefiere la segunda. Por muy dura que parezca, la última escena de la película, es una representación, ahora consciente, para conseguir que le hagan una lobotomía. Es la única manera que le queda de salirse con la suya, de persistir en su postura inicial, de seguir negando la realidad.






El trastorno por estrés postraumático o TEPT es un trastorno psicológico clasificado dentro del grupo de los trastornos de ansiedad, que sobreviene como consecuencia de la exposición a un evento traumático que involucra un daño físico. Es una severa reacción emocional a un trauma psicológico extremo. El factor estresante puede involucrar la muerte de alguien, alguna amenaza a la vida del paciente o de alguien más, un grave daño físico o algún otro tipo de amenaza a la integridad física o psicológica, a un grado tal que las defensas mentales de la persona no pueden asimilarlo. En algunos casos, puede darse también debido a un profundo trauma psicológico o emocional y no necesariamente algún daño físico, aunque generalmente involucra ambos factores combinados.


Para hacer el diagnóstico de trastorno de estrés postraumático con base en los criterios de la cuarta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, se requiere lo siguiente:


-La persona ha experimentado, presenciado o le han explicado uno o más acontecimientos caracterizados por muertes o amenazas para su integridad física o la de los demás


-La persona ha respondido con temor, desesperanza u horror intensos. En los niños estas respuestas pueden expresarse mediante comportamientos desestructurados o agitados


-El acontecimiento traumático es reexperimentado persistentemente a través de una o más de las siguientes formas:

  • Recuerdos del acontecimiento recurrentes e intrusos que provocan malestar y en los que se incluyen imágenes, pensamientos o percepciones. En los niños pequeños esto puede expresarse en juegos repetitivos donde aparecen temas o aspectos característicos del trauma
  • Sueños de carácter recurrente sobre el acontecimiento. En los niños puede haber sueños terroríficos de contenido irreconocible
  • El individuo actúa o tiene la sensación de que el acontecimiento traumático está ocurriendo. Se incluyen la sensación de revivir la experiencia, ilusiones, alucinaciones y flashbacks. Los niños pequeños pueden reescenificar el acontecimiento traumático específico
  • Malestar psicológico intenso al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático
  • Respuestas fisiológicas al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático
  • Evitación persistente de estímulos asociados al trauma y embotamiento de la reactividad general del individuo, tal y como indican tres o más de los siguientes síntomas:
  •      Esfuerzos para evitar pensamientos, sentimientos o conversaciones sobre el suceso traumático
  •      Esfuerzos para evitar actividades, lugares o personas que motivan recuerdos del trauma
  •      Incapacidad para recordar un aspecto importante del trauma
  •      Reducción acusada del interés o la participación en actividades significativas
  •      Sensación de desapego o enajenación frente a los demás
  •      Restricción de la vida afectiva
  •      Sensación de un futuro desolador, pesimismo


Síntomas persistentes de aumento de la activación, tal y como indican dos o más de los siguientes síntomas:


-Insomnio de conciliación o de mantenimiento
-Irritabilidad
-Dificultades para concentrarse
-Hipervigilancia
-Sobresaltos





Tomado de 

1 comentario:

ONIS.ATR dijo...

Muy buena esta reseña al principio uno cree que la institución está torturando o maltratando a los pacientes pero realmente el protagonista es el que está mal de la mente.