28 mayo 2013

Relativismo e inconmensurabilidad. León Olivé




Relativismo e inconmensurabilidad

León Olivé


La idea de "inconmensurabilidad" originalmente implicaba la de "no intertraducibilidad", pero esto no me parece importante hoy en día, sino la idea de que "inconmensurabilidad" puede verse como implicando suficiente dificultad de comunicación entre usuarios de cada uno de los marcos conceptuales. Dicha dificultad de comunicación puede llegar a observarse de hecho como en el caso de las controversias científicas que han ocurrido históricamente, o en la experiencia de los antropólogos 


Esta sugerencia se basa en lo que considero una de las consecuencias más importantes de trabajo de Kuhn para la filosofía de la ciencia. A saber, la de llamar la atención sobre el papel de los seres humanos y de sus acciones, lo cual produjo un decisivo cambio acerca de lo que se considera que importa en esta disciplina. Los problemas de comunicación llegaron así a volverse de primer orden en filosofía de la ciencia, tanto como ya lo eran en antropología o en lingüística. Se entendió entonces que la inconmensurabilidad de las teorías no debería no debería verse al margen de las comunidades que las sustentan , dentro y entre las cuales se intenta la comunicación. Debe enfatizarse, pues, que "conmensurabilidad" o "calibración" han se ser interpretadas no sólo en términos de intertraducibilidad, sino también de comunicación. Y esto significa que cuando uno habla de diferentes culturas o trasfondos lingüísticos que producen fallas en la comunicación, tanto como cuando se habla de teorías inconmensurables, lo que esté en juego fundamentalmente es la posibilidad de comunicación entre diferentes actores, la cual podrá llevarse a cabo sólo en la medida que algo o alguien medie entre los miembros de diferentes culturas, trasfondos lingüísticos o paradigmas, y si la gente en esas situaciones tiene los recursos culturales apropiados para interactuar y para construir, en su caso, el medio que haría posible la comunicación. Por eso, esta idea es compatible con la de que, en principio siempre es posible al menos la intertraducibilidad parcial entre diferentes marcos conceptuales, lo cual no obsta para para que pueda haber dificultades variables para la comunicación entre los usuarios de diferentes marcos conceptuales. Insisto, la diferencia en cuestión se basaría en las concepciones  más básicas y atrincheradas en cada marco, en sus reglas de inferencia aceptadas, y en general en sus criterios de "racionalidad".


Hemos visto que hay un sentido en el se puede hablar acerca de teorías incomensurables sin un compromiso con una falta absoluta de intertraducibilidad. Una importante consecuencia de esto es que la gente que desee comunicarse, si parte de diferentes culturas, paradigmas, marcos conceptuales, tendrá que recurrir, o construir a través de la interacción, a un tercer sistema que pueda servir de medio adecuado para la comunicación. Este tercer sistema conceptual puede resultar de modificaciones que se producen a partir de la interacción de la gente interesada en comunicarse.


Las ideas hasta aquí mencionadas permiten rechazar la idea que Kuhn expresó en La estructura de las revoluciones científicas, de que los científicos, en diferentes tradiciones científicas, en el interior de diferentes paradigmas, "trabajan en mundos diferentes".


Uno de los principales problemas, si se acepta esta idea literalmente, es que no hay razón para justificar la afirmación de que ha habido un cambio en el interior del campo científico después de un revolución, si por revolución se entiende un cambio del marco conceptual suficientemente profundo como para alterar su identidad. Después de una revolución los científicos encuentran nuevas teorías y nuevos paradigmas. Si se toma de idea de Kuhn en el sentido literal, entonces después de una revolución las viejas teorías, conjuntamente con los viejos mundos, simplemente han desaparecido, y han emergido nuevos mundos. 


El que pueda haber referencia al mismo mundo desde diferentes perspectivas, y que por consiguiente pueda haber diferentes concepciones del mundo, es lo que hace posible al relativismo cultural. Se trata ciertamente de un tipo de relativismo, pues afirma que hay diferentes puntos de vista (teorías, marcos conceptuales, paradigmas, concepciones del mundo). Pero esta concepción bien puede hacerse compatible con una visión realista, la cual diría, en primer lugar, que los fenómenos de la experiencia no son lo único que hay en el mundo, que diferentes marcos conceptuales pueden organizar de modo distinto la experiencia, pero que si son adecuados para cientos propósitos acordes con los intereses de sus usuarios, deben describir correctamente (aunque quizá de modo parcial) al mundo. El mundo en cuestión debe ser común para diferentes marcos conceptuales.


Hemos visto, pues, que el relativismo cultural al que me he referido no tiene por qué afirmar que la verdad es relativa a los marcos conceptuales. La afirmación de que esto es así corresponde a un versión de lo que propongo llamar un relativismo conceptual. 


el relativismo cultural que aquí se propone como aceptable afirma que hay un mundo perceptible desde diferentes marcos, e interpretable de diferentes maneras, desde marcos conceptuales diferentes. Sostiene también que los lenguajes son intertraducibles en principio, pero que siempre se requieren recursos culturales mediadores, y que eso significa que en principio hay una posibilidad de comunicación aunque sea parcial entre miembros de diferentes comunidades epistémicas, pero no garantiza la calibración absoluta, o la intertraducibilidad completa entre diferentes marcos (cuando esto ocurre, podría considerarse que los marcos son ciertamente inconmensurables); y, finalmente que es tal vez una trivialidad, pero digna de tenerse presente, que la referencia al mundo debe hacerse siempre desde algún marco conceptual, y que esto, precisamente, lo que origina al relativismo cultural, pues el mundo puede verse de modo distinto, incluso inconmensurables, desde diferentes perspectivas (marcos conceptuales), ya sea en el sentido explicado ante de la dificultad de comunicación , o en el recién sugerido de que la intertreducibilidad nunca puede ser completa.


El relativismo conceptual enfatiza, por su parte, que como no tenemos acceso al mundo sino desde cada marco conceptual, carece de sentido tener que distinguir entre el mundo que es accesible desde el marco y un mundo aparte del marco. Si pudiéramos concebir, o si existiera un sistema conceptual diferente, entonces el mundo correspondiente a él podría ser diferente del mundo al cual nosotros tenemos acceso. Consecuentemente, si se adopta la variante que señala que es posible interpretar de uno a otro, lo que es verdad para nuestro marco podría dejar de serlo para otro marco diferente. Con base en las ideas sobre objetividad, verdad y racionalidad que hemos propuesto en este libro, creo que debe rechazarse el relativismo conceptual en cualquiera de sus dos variaciones, pero que hay una forma de relativismo cultural, que corresponde a la idea de objetividad, la cual debemos admitir.













Tomado de:
OLIVÉ, León (1988): Conocimiento, sociedad y realidad. Problemas del análisis del conocimiento y el realismo científico. México, FCE, pp. 204-207.